Unos años atrás escribía el artículo Verdades sobre el coaching, donde indicaba sin pelos en la lengua, las cosas que mucha gente no quiere entender, pero que son de sentido común. Aquí van algunas mitos de la disciplina coaching, que más que verdades (porque algunos me apuntarán con la tontería de que no existen verdades absolutas), llamaremos informaciones contrastadas.
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El coaching no tiene porqué ser la panacea
Desgraciadamente no existe una metodología unificada, y la falta de criterios está consiguiendo que muchas personas se beneficien para conseguir dinero fácil. Sólo hace falta buscar en la Wikipedia en español el término coaching, y comprobar algunas de las críticas que mencionan: “El gran y rápido crecimiento de la disciplina ha tenido como consecuencia la aparición de individuos que ofrecen sus servicios como entrenadores cuando en realidad no cuentan con la apropiada formación para ello. La inexistencia de regulaciones académicas y certificaciones apropiadas, dificultan el control de la práctica y la calidad de la misma. Muchas corrientes confluyen bajo la denominación del coaching, haciendo que la oferta sea muy heterogénea y en ocasiones poco seria.”
El coaching no es una profesión
Lo reconozco… ¡hasta me lo había creído yo! Pero como explico en ¿Es el coaching una profesión?, sólo en Australia e Inglaterra aparecen como carreras universitarias. En el resto del mundo, ¡por más cuentos que nos vendan!, en muchos paises, como España, no es ninguna profesión comparable a una licenciatura o diplomatura oficial. En algunos casos los cursos hasta están consiguiendo el sello de alguna Universidad, ¡pero que no te tomen el pelo!, sólo es una especialización. Las Universidades tienen muchos cursos abiertos, pero para que sean profesiones requieren la aprobación del Ministerio correspondiente. Al coaching, lo siento mucho, no aplica. El coaching no pasa de ser una disciplina, técnica, proceso u oficio, según se quiera leer. Quien diga lo contrario, que me mande el e-mail del colegio de coaches que lo certifica en el mercado (gracias).
El coaching no es sólo para las empresas
Existen miles de personas formadas en multitud de especialidades, muchas han dado un paso más allá de su formación de psicología, pero otras muchas provienen de las más dispares profesiones. Se observan profesionales que utilizan coaching de salud, de familia, de pareja… ¡incluso los hay ya especializados en coaching sexual! Por favor, comprendan que el coaching es una técnica que se trabaja en muchos procesos. Ahora bien, hecha la apreciación, lo que es bien divertido es el grado de gamberrismo que tienen algunos, como indicaba en Nuevos tipos de coaching para triunfar. Por tanto, no sólo en las empresas.
El coaching no cuesta una media de 500$ por sesión
Es el argumento de venta favorito de casi todas las escuelas. Podemos exagerar y comenzar diciendo que existen coches/autos que cuestan 100.000USD. También algún Ferrari seguro que llegará al medio millón de dólares. ¿Pero no creen que un coche/auto normalito viene a costar entre 9.000USD y 60.000USD? Bien, no tiene sentido que al preguntar por el precio de un coche, simplemente digamos el del Ferrari y pongamos una sonrisa aparentando que en el mundo sólo se manejan esos precios. Se asusta a cualquiera que quiera comprar uno.
De todos los cientos de profesionales que utilizan el coaching con los que he tenido oportunidad de hablar, cuento con los dedos de una manos los que parecen llegar a un mega precio por sesión (que los hace más caros que el mejor consultor estratégico). Como dice la conocida frase del marketing “el precio es el valor que el cliente está dispuesto a pagar por lo que percibe que ofreces“. Obviamente esto es coaching ejecutivo, porque el coaching personal puede estar en la mitad de precio (o mitad de la mitad). Hay algún profesional con precio elevado pero también hay otros muchos que incluso lo hacen gratis como prácticas.
El coaching no se vende en sesiones de 20 ó 30
Lo hacen para engañarte, pues te están vendiendo algo más. Los procesos de coaching no deberían durar más de 4-10 sesiones por tema a tratar, porque de ser así, no se observa compromiso por el cambio y seguro que es otra disciplina la que debe ayudar. El hecho de vender 20 ó 30 sólo sirve para que parezca terapia/mentoring/consultoría, no sólo coaching. En el pseudo-coachihg es una mala práctica heredada de los psicólogos (que sí que pueden vender terapia por meses o años) mezclada con los comerciales de la televisión que acostumbran a vender al por mayor (¡compre 100 kilos de ketchup para toda la familia, medio vecindario, con un suculento 25%!… y pican como tontos). Si tiene un problema a mejorar con una persona que utilice la disciplina del coaching, no se crea que tardará 30 horas, porque un buen profesional que no consigue resultados a la primera o segunda de cambio, debe parar las sesiones y derivarlo a una disciplina que trabaje los bloqueos.
El coachee no existe
Cuando oiga esa palabra, automáticamente, ¡salga corriendo! Un profesional que aplica la técnica del coaching debe tener la formación suficiente para cuidar el lenguaje al máximo, pues es importante modular cada palabra a la perfección. Como explico en ¿Qué es un coachee?, la palabra “coachee” es un invento más que desagradable, porque acabaríamos escuchando que un consultor tiene consultees, un mentor se relaciona con mentories, y para enfatizar el ridículo, llegaríamos a que un artista vende a artees. Es una palabra inventada para intentar cobrar más por el servicio, pero sólo demuestra una incultura abismal. Se dice C-L-I-E-N-T-E, y punto final.
Pulsa aquí si no lo ves: https://youtu.be/iOl75T-EfJs
El coaching puede ser inútil sin otra disciplina
El coaching es una técnica que te ayuda a sacar lo mejor de ti y a marcar todos los objetivos necesarios para llegar a un resultado exitoso. Pero, ¿y si no tienes ni la más remota idea de cómo marcarte objetivos para conseguir eso? Bueno, ahí es donde acaba el coaching y comienzan otras disciplinas como el mentoring, el formador/capacitador o el consultor. Por eso desde hace mucho tiempo cuando hago sesiones, indico siempre cuándo estoy en el coaching y cuándo en el mentoring. Es decir, realizo coaching-mentoring, y afortunadamente mucha gente me ha copiado el concepto y han dejado de poner sólo “coach” en su tarjeta, pasando a poner “coach-mentor”, consultor, o algo menos limitado que simplemente “coach”.
Los certificadores no aseguran la calidad del proceso
La calidad la aseguran los clientes o certificadores independientes con normas ISO. Como indico en Las lecciones que tiene que aprender el coaching de Arthur Andersen, mezclar la formación con la certificación es una falta de seriedad abismal. Curiosamente es una práctica que realizan hasta los presidentes de muchas asociaciones porque viven del sencillo engaño de las personas que buscan apoyo en situaciones críticas de su vida.
Además como indico en Soy coach, ¿me sirve para algo asociarme o acreditarme con ICF?, algunos incluso son tan ridículos, ¡que dan certificaciones con fecha de caducidad!, diciendo aquello de que el conocimiento no sirve para mucho si no pasa por nuestra caja a pagar su renovación. ¿Se imaginan que su carrera universitaria tuviera una fecha de caducidad de cuatro años? Hombre entiendo que me tengo que ir actualizando, pero de ahí a tener que a pagar la matrícula de nuevo… ¡pues vaya engaño!
Seamos serios, empecemos a cuidar y respetar todo lo que dicen de esta disciplina, y no olvidemos que somos los primeros que tenemos que dar ejemplo al dar nuestros mensajes.


Fantástico artículo. Comienza uno a estar harto de tantos gurús pseudo expertos en coach que tienen más nombre que formación o conocimiento. Mi enhorabuena.
“Verdades” Sobre el Coaching… Mmmm… Mmmmm…
Pedro.. Debo reconocer que en muchos casos tus palabras, propuestas y consejos, me han hecho mucho sentido y por lo tanto, soy alguien que te admira y que habitualmente se interesa por lo que escribes.
Sin embargo, en varias ocasiones se me aparece un Pedro “Amador” que se dice ser un experto en “felicidad”, y que en este caso no hace honor ni a su propuesta ni a su apellido, y en donde la palabra que me surge es “arrogancia” ya que en lugar de escuchar “amorosamente” solo levantas crítica destructora y no bastando con eso, lo elevas a la categoría una tremenda VERDAD… ¿En que minuto amigo lograste la iluminación para tener la capacidad de saber la verdad acerca del coaching?
Muchos de quienes trabajamos y queremos este mundo del coaching (entre los cuales me cuento) – mundo del cual tu eres parte-, compartimos de la premisa de que todo lo que estás diciendo no es más que una “opinión” o como dicen otros “un Juicio” y por lo tanto tengo el total derecho a discrepar. Por lo mismo voy a defender la palabra Coachee, que no logro entender por que tanto te molesta. Usando el mismo tipo de argumentos que usas para denostar la palabra coachee, te puedo asegurar que, un doctor, si bien tiene clientes.. los llama “Pacientes”, para los actores, los clientes son espectadores, etc…
Pedro, Como siempre yo puedo expresar mis creencias pero nunca debo olvidar que como dice Humberto Maturana con la convicción de que al frente tendré a un “Legitimo Otro” y por lo tanto, digno de respeto.
Juan Carlos Jerez.
Chile
Juan Carlos, muchas gracias por tu comentario y por tus sinceras palabras. Es un gusto la reflexión que me ofreces porque es cierto que no son verdades absolutas, son simplemente mis verdades que las menciono como opiniones. Tuve ocasión de charlar con Humberto en Buenos Aires y es excelente lo que indicas.
Aunque sí es importante poner algunos límites y como digo en La tontería del “todo vale” (https://www.pedroamador.com/la-tonteria-del-todo-vale), no podemos estar permitiendo que todo sea coherente bajo las normas sociales en las que vivimos. Usar mal el lenguaje (que tiene una gramática y normas bien definidas) no creo que sea un motivo de orgullo,y como personas que cuidan la disciplina del coaching, creo que es muy importante que lo usemos correctamente.
Respecto a lo de “experto en felicidad” es una cuestión que explico largo y tendido en “Cómo Google me lista el primero como “Experto en Felicidad”” https://www.pedroamador.com/google-experto-en-felicidad
Aprovecho la ocasión para desearte felices fiestas y una excelente entrada de año.
Estimado Pedro.
En primer lugar , agradecer tu respuesta la que valoro por dar la cara y por la reflexión, la que me hace sentir al Pedro Amador que admiro y que reconoce que a veces se le pasa la mano, pero tiene el suficiente coraje para reconocerlo.
Estoy de acuerdo con eso de poner límites (la libertad del otro termina donde daña la mía), y que se requiere algo de “tontería o locura” para hacer cambios en este mundo y por lo tanto estoy dispuesto a escuchar tu propuestas, incluso aquellas que a mi modo de entender son diferentes a las míasTambién apoyo el pensamiento de que es posible desafiar las normas sociales en las que vivimos.
Como tu, creo que el lenguaje es muy importante y estoy de totalmente de acuerdo con eso, pero, tu y yo sabemos que los calificativos “Bien usado” o Mal usado” dependerán de muchas cosas, entre estas, de nuestra propia historia.
Solo aclararte que soy uno de los que ocupa la palabra “coachee” de manera habitual y a mi no me cuesta explicarlo, y espero fervientemente que mis “clientes” no salgan corriendo cuando escuchen que los llamo así (al menos hasta el momento no a huido ninguno).
Un Gran saludo, y con mi deseos del que año 2015 tengas muchos “coachees” (jajaja… es broma), con aprecio.
Juan Carlos Jerez
El artículo me parece que despotrica gratuitamente minusvalorando a cualquier tipo de coach, haciendo un batiburrillo bastante agresivo y arrogante en lo referente al número de sesiones y/o lo que es o no una profesión, como si ud. fuera un ente superior que lo dictamina.
Es cierto que hay gente que con un cursillo de fin de semana se autoproclaman coaches y que acaban incluso en una línea casi esotérica, es cierto que vende lo de poner “coaching de” delante de cualquier cosa y hacerse pasar por especialista, y es cierto que buenos y serios hay muy pocos. Sin embargo pasa lo mismo con los psicólogos, por ejemplo. Salen de la facultad en catarata y no saben tratar desde una perspectiva humanística y filosófica a un paciente, montan consultas sin haberse especializado y lo que es peor: sin haber pasado ellos mismos por el proceso de autoconocimiento con el que pretenden ayudar. Pero ay! la titulitis! que cosa tan ibérica! Si hay título universitario nadie cuestiona la aptitud del profesional: craso error.
No obstante, lo que me parece más irónico es que lo haga alguien que ha escrito sobre algo tan quimérico, pseudocientífico y vendemotos: “el autocoaching”. Luego, reflexionando sobre “el autocoaching” todo este despropósito tenía sentido.
Un saludo muy profesional.
Adela, me siento confuso porque empieza indicando que despotrico para luego darme la razón e incluso argumentarla. Personalmente creo que la disciplina del coaching es muy valiosa, pero no es la salvación de ningún ser humano en sí como algunos se empeñan en vender (al final el tiempo pone siempre las cosas en su sitio).
La Metodología Autocoaching es una cosa que ayuda a todos los profesionales, no sólo al coaching, y te invito a conocer más en profundidad en http://www.autocoaching.es
Muchas gracias por compartir sus ideas. Un saludo
¡¡¡Cómo me ha gustado leerte!!!, guauuuuu ¡¡¡ por fin alguien habla
claro del coaching¡¡¡ yo lo tengo en mente hacerlo pero el tiempo nunca
lo saco para ello¡¡¡ . Pues bien Pette, tengo que agradecer tus palabras
y todo lo que dices lo suscribo, y la ultima parte realmente me ha
fascinado, efectivamente aqui en toda esta área de “evolucion personal”
cierto es que se inventan muchas palabras para sacar mas partido y
cobrar mas alto¡¡ justo lo que me encuentro. Por eso hay que tener
cuidado con quien se está tratando e informarse bien de que estudios se
hacen, quien los proporciona y quien los avala. Nuevamente gracias¡¡¡
El coaching es un método muy potente. Para lo bueno y para lo malo. Me gusta que se intente acotar/explicar correctamente en qué consiste y qué se puede obtener de un proceso. Y estoy de acuerdo en que la palabra cochee no me gusta nada ( de momento me quedo con cliente) y tampoco la palabra coaching (esta la mantengo). Pero bueno, esperemos que con el tiempo alguien imaginativo encuentre un término en castellano que lo defina bien. Ah, nunca me arrepentiré de haber intentado prepararme como un profesional aunque no ejerza como tal. Le he sacado muchas cosas a estos estudios-conocimientos. Un saludo.
Felicidades Pedro, fantástico artículo…
Leo, ¡muchas gracias por el comentario!, y muy agradecido si lo compartes con tus amistades.
Hola.
Estoy de acuerdo con algunas cosas que comentas y, sin embargo, eso no hace que tengamos razón.
Quiero con esto quitar hierro a lo que voy a decir ahora, dejando claro que sólo es una opinión, tan buena y mala como cualquiera.
Creo que estamos de acuerdo en que el coaching no existe dentro del marco oficial/legal y por eso mismo, tan válida (e inválida) es tu visión del mismo como la de aquel que hace coaching con péndulos magnéticos o tarot (sí, existe).
Esto es algo que, en su momento, a mi me produjo mucha inquietud. Ahora hablo en términos de “mi coaching” y me siento más a gusto escuchando a otros hablar de su coaching (aunque se refieran a ello como “el coaching”). Si alguien considera que subirse a un escenario y hacer gritar a la gente “me declaro en abundancia” es coaching, me parece bien, pero no es mi coaching.
Por ejemplo, la palabra “coachee” existe, al menos está en el diccionario británico “Collins”, y me permito otorgar más autoridad a ellos para decir si una palabra existe en inglés o no. Yo no uso la expresión coachee, y hay quien me dice que hablar siempre de “clientes” deshumaniza mi mensaje. Me gusta dejar claro que la otra persona es un cliente que paga por un servicio profesional sin ser un paciente. Aun así, afirmaciones como “Coachee no existe, salga corriendo cuando oiga esa palabra” necesitarían estar respaldadas por una definición oficial del coaching que no existe.
No considero especialmente relevante repasar en qué coincido o no coincido contigo en tu artículo, sólo me gustaría decir que el coaching, como tú mismo indicas, no existe formalmente (o eso me ha parecido que das a entender) y por lo tanto, no podemos ninguno ilustrar a otros sobre lo que “es”, sólo sobre lo que cada uno entendemos por coaching.
Un abrazo y mucho ánimo.
Carlos, excelente reflexión. Es cierto que el coaching como tal no existe,pero formalmente tenemos que distinguir al menos entre las disciplinas del coaching, el mentoring, la consultoría, la terapia, la formación, y decir lo que no es coaching.
De otra forma, nos pasa como comentas que cualquier pega un grito en público y lo llama coaching (que personalmente creo que es sólo actuar). Es como apagar con un vaso de agua un cenicero y decirse bombero. ¡Tiene que haber límites!
La palabra coachee no existe en castellano, y si ya se está haciendo locuras con el barbarismo coaching (que más vale que se usara acompañante, guía, o cualquier otra), con esta que se traduce tan fácilmente, me parece ya un abuso desmedido.
No pretendo ni tener razón ni no tenerla, pero sólo usar un poco el sentido común para ver si podemos evitar ciertos abusos. La disciplina del coaching es maravillosa y ayuda un montón, así que no dejemos que por la falta de regulación, vengan a estropear algo tan necesario e importante.
Un fuerte abrazo.
Pedro, buena reflexión. Como siempre, ¡¡haciendo amigos!!
Darte la enhorabuena, no solo por la valentía de escribir lo que muchos callan, y por la forma de explicar qué y porqué, se hacen las cosas como se hacen.
Ya sabes que soy una fiel seguidora desde que tuve la oportunidad de conocer de tu mano: Autocoaching y la Rueda de la Vida.
Un abrazo enorme, ¡¡y sigue así, campeón!!
Rocio, ¡muchas gracias por tu aportación! ¡Siempre están geniales! Es cierto que esto de decir verdades, no siempre hace amigos, pero los que hago… ¡son de verdad! 😀
Tome caballero para que que se desasne un poco antes de escribir artículos desde la envidia y el odio:
“Las profesiones son preocupaciones que requieren de conocimiento especializado, formación profesional (capacitación educativa de diferente nivel -básica, media o superior- según cada caso), control sobre el contenido del trabajo, autorregulación (organización propia mediante colegios profesionales, sindicatos o gremios), espíritu de servicio a la comunidad (altruismo), y elevadas normas éticas (deontología profesional).
Una profesión es una actividad especializada del trabajo dentro de la sociedad. A quien la ejerce se le denomina profesional.
La naturaleza de la ocupación y la forma de ejercerla que tiene cada profesional es el desempeño de la práctica profesional. La disciplina profesional se preocupa del desarrollo del conocimiento, enriqueciendo la profesión y profundizando el sustento teórico de la práctica.” Wikipedia en ningún lado dice que debe tener un certificado universitario el concepto de “profesión” se opone al de “afición”, y el de “profesional” al de “aficionado”.
Y en el caso del coachee me parece una total estupidez las conclusiones a las que llega pues entonces hay que eliminar también el nombre de usuario cuando de servicios se trata, paciente cuando de salud, televidente cuando se es afecto a la televisión; permítame decirle que debería enfocar sus esfuerzos a crear algo positivo que seguramente por esa razón no tiene clientes.
Un cordial saludo
Carlos Zambrano
Perú (51) 19456574
Carlos, agradezco mucho sus comentarios que serán interpretados por cada lector en su justa medida. Ahora bien, que les lleve a realizar valoraciones como que escribo desde la envidia o el odio, o que no tengo clientes, es una forma de escribir sin tener la menor idea. Así que lea su última frase, y aprenda a dialogar aportando ideas contrastables. Y si algo no lo sabe, pregunte.