Completa Conferencia Cómo ser feliz en la vida

por | Dic 7, 2020 | Gestion y liderazgo, Mejores reflexiones | 0 Comentarios

CONFERENCIA DE FELICIDAD en la Feria de León (MÉXICO)

INTRO: Pedro Amador, «felizólogo”, conferencista español con experiencia profesional en varios países y en diversos sectores. Es desarrollador de la innovadora solución de la felicidad Happiness Play basada en la metodología Autocoaching. Es considerado en España y Latinoamérica un pionero en crecimiento personal, comunicación, y Blogger con más de 20 años de experiencia. Démosle la bienvenida a Pedro Amador. Un fuerte aplauso.

Hola México, hola Guanajuato, hola León. Gracias. Sorprende un poquito porque se traen a un español a hablar de felicidad cuando México es un país más feliz que España. Así que a mí me han dicho en casa, bueno cuando llegues allí, vamos a comprobar si los mexicanos, los leoneses, te saben dedicar una ola mexicana ¿Me sabéis dedicar una ola mexicana que empiece desde aquí? Vamos a empezar aquí. A ver, a ver, a ver. Todos, todos, todos. Qué maravilloso. Un fuerte aplauso. De verdad, sois estupendos. Gracias leoneses. Además, es divertido porque he visto por ahí a algún español, por allí había algún español, porque cuando ha pasado la ola por ahí, ha hecho así (se tapa con la mano la nariz) [RISAS] Gracias compañero. Bueno.

Permítanme explicarles primero, daros unos datos de quién es Pedro Amador (apellido Amador Wikipedia). Yo nací el año 75, los que le hagáis matemáticas ya sabéis que tengo 25 años. Era un niño rubio muy guapo, era muy guapo… ¡hablo en pasado! Ya con 12 años había hecho mi primer videojuego, y de ahí y me encuentro que con 22 años ya era ingeniero informático, muy inteligente. Después me mudé a Holanda, a aprender muchas cosas. Y enseguida hice una maestría, un Executive MBA en Esade, y ganaba mucho dinero, mucha plata. Muy joven con 28 años, ganaba más dinero que mi padre. Estaba en el top del top del top, Pero ese mismo año, se apagó mi vida. En una grave injusticia de la vida, me atropelló una motocicleta, me arrolló 28 metros, salí volando y caí en coma. Te quitan la vida y vuelves a empezar. Vuelves a empezar y se pasa mal. Entonces estudié para mi rehabilitación. Muchos ejercicios de coaching, mucha PNL, mucho liderazgo. Soy ingeniero y lo único que quería era mejorar mi cabeza. Un poco más tarde empecé a escribir varios libros. El libro de Autocoaching es un referente. También comentó que tengo un hijo en Uruguay. Es divertido, porque, después me mudé a Dubai, a Emiratos Árabes. Mi vida es muy divertida porque mis padres son africanos (de Ceuta), yo soy europeo (de Madrid), mi hijo es de Uruguay (Sudamérica) y la mujer de mi vida es de Filipinas (Asia) y la conocí en Oriente Medio. Multicultural, esto es multicultural. Bueno y ahora tengo la oportunidad de disfrutar de las emociones de Guanajuato. Muchas gracias. Me habéis hecho una gran ola, y estoy ya emocionado y contento (o con dicha, satisfacción o fortuna, según lo quieras ver).

Pero como os decía, soy ingeniero, ingeniero obsesivo-compulsivo, y lo primero que me preguntaba era, ¿por qué tengo que ser feliz? Por ello os traigo algunas referencias de estudios científicos, de grandes universidades, que nos dicen ciertas cosas como que: los empleados felices son un 12% más productivos, o nos cuentan qué los vendedores felices generan un 37% más de oportunidades. Suena muy bien ¿verdad? O nos cuentan que tener mejores amistades en el trabajo, impulsan un 50% tu felicidad. Ya el último estudio nos cuenta que las personas involucradas son un 7% más productivas con su trabajo.  Son estudios sociales de universidades importantes (os puedo incluir las referencias).

La Felicidad

Empecé como buen ingeniero en busca del «felizómetro», a buscar cómo medir la felicidad. Cómo podía medirlo, porque tenemos el kilogramo, el litro, la onza, la pulgada, -lo que sea- y son medidas universales. Son iguales aquí en México que en España que en la China que en Marte. Pensaba, voy a encontrar el felizómetro para saber que hoy estoy 5.5 de feliz mañana tengo la cena con mi suegra bajaré a 3 de felicidad [RISAS], dentro de tres días es el gran evento deportivo (quizás la final de la Champions con el Barcelona y el Real Madrid) subiré a 9, y si además gana mi equipo favorito -que ya sé cuál es no hace falta que me lo digan- subiré a 10. No sólo esto amigos sino que además quiero poder medir la de mi mujer, es decir, bueno hoy está con el periodo ya sé que está un poquito peor [RISAS], me voy a quitar de en medio, ups,  el siguiente día va a subir a 7 yo quería esto.

De verdad, es interesante tener un felizómetro para poder medir la felicidad de forma universal. La primera idea que os comparto es que el felizómetro no existe. Lo siento mucho. No existe, porque la felicidad es personal. Es como el dolor. El dolor a unas personas les duele algo mucho y a otras no. La felicidad es personal. Lo que a mí me hace feliz a lo mejor a vosotros no os hace felices. La felicidad, como el amor, se puede medir de forma personal: yo puedo decir que hoy estoy más feliz que ayer, porque estoy muy bien acompañado, pero no puedo saber estoy dos puntos más felices que ustedes, porque no tenemos el felizómetro universal. Lo siento, es así y no hay más que discutir.

Entonces con esto… ya… pero bueno, yo he leído mucho y voy a preguntarle ahora a mi Dios porque yo quiero saber… Oh Dios… dime… oh Dios de la información… dame información y dime la «fórmula de la felicidad». Quiero que me enseñes la «fórmula de felicidad». Porque oh Dios Google dame la «fórmula de la felicidad». Y aquí está, aquí está, aquí está. Quizá no la han visto, pero aquí está.

La fórmula de Einstein, Google nos cuenta que existe la fórmula de dice y yo no es ustedes yo a éste le doy como una persona de confianza con lo cual mucho mejor y entonces la fórmula de Einstein vamos a ver porque creo que todos hemos tenido nuestra fórmula. Yo por ejemplo cuando era más joven pensaba que para mí la fórmula era… pues una vez más a ver si le doy un besito a una chica y aprobar las asignaturas. Y esa era mi fórmula para ser feliz. Seguro que ustedes tienen su propia fórmula, ¿verdad? Permítanme, voy a poner voz de teletienda, y voy a leer la fórmula de Einstein: «La calma y una vida modesta trae más felicidad que la persecución del éxito combinado con agitación constante». ¡Pues bueno! Ups. Todos coincidimos o no. Cada uno tiene su fórmula, como con las dietas, no hay una dieta universal

La idea que os quiero transmitir, amigos míos, es que no existe la «fórmula de la felicidad». No existe es felizómetro, con lo cual la fórmula no se puede operar científicamente la fórmula. A ver, existen muchos consejos para sonreir y ser feliz, muchos métodos, muchas metodologías, pero como las dietas, no hay una fórmula universal de la felicidad. Lo siento amigos, ¡y mira que me encantaría!, me encantaría, porque como ingeniero, me encantaría.

Entonces, bueno entonces, a ver esto puede ver al Dios de la información. ¡Oh Dios de la información! Dime Google, dime cómo ser feliz. Si por favor, Google, dime cómo ser feliz. Lo que vamos a ver ahora son resultados reales que se han hecho en 20 países y me han dado personas. Google nos responde dependiendo del país. Por ejemplo, en España, «cómo ser feliz libro», «como ser feliz eva woods» o «como ser feliz en Alaska». Nos manda a los españoles, nos mandan Alaska ser feliz, ¡que divertido! Bueno, es que realmente hay un libro que se llama así. En Colombia dicen, «cómo ser feliz en Alaska», y «cómo ser feliz  libro». En Argentina dicen «cómo ser feliz con la pareja ideal» y después dicen «sin pareja». Muy divertido la Argentina. En Guatemala dicen «cómo ser feliz estando solo» o «como ser feliz en el trabajo». México, ¡como os conocen!, «cómo ser feliz solo», no fastidies. El Uruguay viste el Uruguay, que está temblando, llorando, «cómo ser feliz y no morir en el intento». Les insisto que son ejemplos reales de cómo ser feliz no están inventados. En Estados Unidos, «cómo ser feliz cada día» claro si es que tenemos fronteras barreras. Y la mejor, saludo a mis amigos venezolanos, a mis «chamos» que los quiero mucho, «cómo ser feliz en Venezuela». Gracias Google.

Cómo ser feliz

La siguiente idea que os quiero transmitir es que Google no es la fuente de la felicidad. Lo siento amigos. Google es una cosa maravillosa, nos da mucha información, pero no es la fuente de la felicidad.

Entonces, ¿qué hacemos? Vamos a las universidades, que llevan años trabajando esto y nos encontramos a una de las mejores especialistas del mundo en felicidad que se llama Sonja… el apellido nunca me ha salido perdonarme… Lyubomirsky. Esta mujer, que lo tiene todo, lo tiene todo en formación, yo de mayor quiero ser como ella.  Tiene Harvard, Stanford, Princeton, ¡tiene títulos de todo! (aunque ya sabemos que un título universitario no te hace mejor persona) ¡De todo! Nos cuenta en un estudio de la felicidad que hizo entre miles y miles de personas, nos cuenta que la felicidad se compone, aquí viene lo importante, ¡observen! Se compone 50% de la genética, 40% de cada persona y 10% es la única parte que depende del contexto.  Y ahora por favor miren este cuerpo de español, que genéticamente no vale mucho. ¡Me acaban de robar el 50% de mi felicidad! Creo que esto me acaba de quitar, con esta genética que no vale para nada, que está rota con metales acá, me quita un 50% de mi felicidad. ¡Son ciencias sociales!

En cambio, os traigo otro autor, menos conocido, pero que está más en armonía con lo que yo pienso. Se llama André Spicer que es un interesante estudio y que publica la Harvard Business Review y que nos dice que medir la felicidad es tan sencillo como tomar la temperatura del alma o mirar el color del amor. Aquí ya empezamos a tener que el sentido de la felicidad no se puede medir. No hay fórmula. Esto tiene sentido.

Pero entonces, ¿qué está pasando? La idea que os transmito es que las ciencias sociales no son la fuente de nuestra felicidad. Quiero decir con esto, que existen un montón de estudios, un montón de investigaciones maravillosas, interesantes, pero sólo son ciencias sociales que se realizan a partir de una muestra y sacan resultados. Pero no son ciencias exactas. ¿Dónde está la diferencia? Por ejemplo, cuando vamos a votar, en democracia, cuando uno va a votar, unos meses antes hay una encuesta de intención de voto que dice quién va a ganar las elecciones. Son ciencias sociales, que, con la estadística, ofrecen una aproximación de quién va a ganar. Pero al final lo importante es nuestro voto. Yo voto, y ese voto muchas veces varía del resultado que habían dicho (sino que se lo digan a Donald Trump, ¿se acuerdan de que no iba a ganar?) Las ciencias sociales son maravillosas son fantásticas, pero es un estudio de una muestra en un sitio que te da una indicación. Bien, pero nuestra felicidad, la nuestra, la nuestra, la tenemos que trabajar.

Bueno claro, esto a mí me vale, pero yo la quiero comprar. Yo que tengo mucho dinero, mucha plata, pues me voy a Amazon y la voy a comprar. Voy a Amazon y tecleo «cómo ser feliz». Fijaros que tengo estas dos pantallas, que me dicen Amazon España y Amazon México. Sabemos que en España la tasa de natalidad es 1.3, estamos muy mal los españoles en natalidad. Tenemos un hijo y luego otro lo compartimos con tres vecinos. [RISAS] Estamos muy bajos de natalidad y entonces fijaros que Amazon sabe esto y nos dice «cómo ser feliz con 1,2,3 hijos». Amazon nos incita a comprar hijos. En cambio, en México nos dicen «cómo ser feliz si eres músico». No fastidies, que ya no quiero ser Maná.

Entendamos la siguiente idea que os comparto. La felicidad no se compra en Amazon. No se compran Amazon y os diré más, y aquí vengo a usar palabras del ex presidente de Uruguay Mujica, que si no lo conocen vean algunas indicaciones de él, que nos dice que al final nuestra vida es tiempo. Y al final trabajamos para ganar dinero y lo gastamos en cosas que no necesitamos, que muchas veces no queremos y que no usamos. Pues eso es gastar el tiempo, nuestro tiempo, que es único. El tiempo no se compra. El dinero ayuda a ser feliz, por supuesto que ayuda. El dinero no es la raíz del mal o de la felicidad es simplemente una herramienta. El que hizo el estudio de que el dinero no da la felicidad estudió mal. Gestionar mal el dinero no te hace feliz. ¡Sin duda!  La felicidad hay que trabajarla hay que gestionarla y no se compra en Amazon.

Nosotros, por tanto, yo en mi caso soy muy tecnólogo, y creé la tecnología que ofrece una plataforma de la felicidad. Generamos toda una metodología que tiene tres pasos bien sencillos: primero ver cómo estas, segundo ver qué quieres, y tercero qué vas a cambiar.  Nos hemos planteado que la tecnología ayude a las personas para saber cómo ser felices. Empezamos con la rueda de vida, donde vemos cómo uno se evalúa y cómo se siente hoy. Después, en vez de hacerle 20 preguntas, porque uno cuando va a viajar, cuando entra a una agencia de viajes no te preguntan: «tiene hijos sí o no», «la playa sí o no», «el edificio sí o no”, no te hacen 20 preguntas y después te dicen Acapulco, Ibiza o Cancún. No, lo bueno es tener un catálogo y entonces eliges. ¿Por qué con la felicidad seguimos tirando de 20 cuestionarios? Que dicen… tú eres tipo «J», y para ser feliz hay que hacer esto. Nosotros con la tecnología ofrecemos un catálogo de coaching para que la gente pueda seleccionar lo que de verdad le hace feliz. Lo selecciona y se marca cambios para que trabaje su felicidad. Es una tecnología que podéis probar en Happiness Play con un enfoque distinto, que os va a ayudar a gestionar vuestra felicidad. Siguiente punto que os quiero transmitir: «la felicidad la debemos gestionar nosotros».

Ser feliz no es algo que venga del cielo regalado. La felicidad hay que gestionarla y es un trabajo constante a hacer cada día. Empezar a hacer cosas y dejar de hacer cosas. Gestionarla nosotros, no a ver que me venga la felicidad del cielo.

Avanzando un poquito más, os traigo más cosas. Porque las Naciones Unidas, no si sabéis, que hacen unos informes anuales. En ellos nos indican los países más felices del mundo. Hacen sus encuestas sociales en los países. Aquí tenemos la lista que supongo que no podéis leer bien.  El primer país es Finlandia, y el último país del que nunca me acuerdo, pero tengo «el comodín del público» … por favor… «Burundi», muy bien, el último país es Burundi.

Pero os voy a dar un dato importante, fijaros que la lista que veis ahí, de los 50 primeros países, yo he vivido en cuatro: España, Holanda, Emiratos Árabes Unidos (he vivido en Dubai) y Uruguay. De los 25 primeros he estado en 15 países. Os voy a dar una idea importante, “no existe país mejor, ni peor, sólo gente en el sitio inadecuado«. Es así de sencillo, no sé ustedes leoneses, yo en Finlandia no podría vivir ni loco. Hace un frío mortal, que el primer día quitas la nieve del coche con un gesto divertido, se cruza un reno, ¡a qué divertido! y cuando llevas tres meses… que se metan la nieve por el santo !#%»@@@ Yo no sé ustedes, yo tengo sangre latina, yo necesito calor, ¡bailar! Esto son informaciones, pero es interesante, porque afortunadamente gracias a que hay países y organizaciones, que están invirtiendo en la felicidad, usémoslo.

La Feria de León, un sitio espectacular, que se orienta en hacernos felices. Usémoslo. ¡Gracias! Pero pongamos de nuestro lado para usar esas cosas e ir a los eventos y disfrutarlo porque ser feliz es nuestra responsabilidad. Tenemos que gestionarla nosotros, pero ya que se empeñan en que seamos felices, ¡es genial! usémoslo, es un regalo de Dios. Y os felicito, porque aquí en La Feria de León es un evento espectacular y que de verdad acerca y trabaja la felicidad.

Una idea final. Claro, esto es muy divertido, pero hemos traído a un español de España, que nos viene aquí a México a decirnos que no que no tiene ni idea de lo que nos hace felices, que busquemos nosotros la felicidad, y que nos busquemos la vida. ¿Para esto le pagamos? 😀 ¡No vale para nada! Seguro que están pensando esto, ¿verdad?

Entonces permítanme que os comparta tres ideas que a mí me han funcionado. A mí, no sé a ustedes. A mí me han funcionado.

  • Primera idea: empiecen a juntarse con personas que de verdad les hacen felices y aléjense de relaciones tóxicas. Esto que parece fácil de decir, no lo hacemos.  No… es que por compromiso… dejemos el compromiso. Juntémonos con quien nos hace felices y separémonos de quien no nos hace felices. A veces es de la familia, pero hay que entender que tenemos que estar con quien nos hace felices.
  • Segunda idea: empecemos a hacer lo que nos hace felices y dejemos de hacer lo que no nos hace felices. Al final de la semana, el domingo diré, pues a ver esta semana… hice tres horas de esto… que en la próxima pasé a cuatro. Dejemos de hacer lo que no nos hace felices. Se dice muy fácil, pero nos cuesta mucho practicarlo porque enseguida nos olvidamos. Por eso he dicho hay que gestionarlo cada semana, hay que ponerse a ello.
  • La última idea, yo como buen ingeniero, con la calculadora he calculado cuántos minutos había vivido hasta venir aquí. Os voy a redondear, son 22 millones y medio de minutos los que he vivido en mi vida. Le restó 7 millones de haber estado durmiendo, y 1400 minutos de haber estado en coma. En total he estado viviendo 15 millones de minutos, y ustedes me acaban de regalar 23 minutos. Les voy a decir una cosa: cada minuto de la vida es único. Es único y hay que vivirlo como si fuera el último. Qué estamos haciendo ahora para ser más felices, y eso no lo quita nadie. No lo sé, eso es una decisión propia y tenemos que decidir qué hacemos con cada segundo que tenemos, porque a veces se van muy rápido y no sabemos aprovecharlo.

Cómo entiendo esto muy bien…  a ver si pasa la slide… pues voy a disfrutar esos minutos bailando con las bailarinas que han venido antes a bailar y voy a darle las gracias por haber dado todo este cariño y esta felicidad. Yo os agradezco mucho por estar aquí. Muchísimas gracias y buen día a todos.

▷ ¿Qué más información debería saber para reflexionar sobre la felicidad?

Para eso nada mejor que apoyarte en la infinidad de herramientas y ejercicios que tengo recopiladas en esta página con ejercicios de coaching. Seguro te interesa trabajar con muchas de ellas:

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