El resentimiento no aporta nada. Emigro para ser feliz

por | Oct 3, 2012 | Reflexiones de la Vida | 64 Comentarios

El resentimiento implica tener pesar o enojo por algo, o que se siente maltratado por la sociedad o la vida en general. En mi caso, aunque parezca que la vida no me ha tratado bien, la realidad es que he tenido siempre una satisfacción de crecer tanto personal y profesionalmente. Pero este país me ha demostrado que apegarse a una bandera puede ser sinónimo de masoquismo. En mi caso con España estas son algunas de las vivencias que me ha tocado vivir:

  • He demandado a magistrados por haberme llamado toxicómano sin prueba alguna (y lo aceptaron a trámite). Entre ellos se defienden y al final hasta el Tribunal Constitucional de España es cómplice de la falsa acusación. De vergüenza.
  • He buscado bancos, inversores, y hasta he hablado con la consejera delegada de Enisa y Esperanza Aguirre, para llegar a la conclusión de que en España el apoyo a los emprendedores (sobre todo de tecnología) no es más que una careta. El proyecto de la felicidad (Happiness Play - antigua Autocoaching) no puede funcionar en este país cada vez más lleno de amargados, y en donde las empresas que ganan dinero, lo aprovechan para ganar más, no para hacer crecer a las personas. De chiste.
  • Pero para mi sorpresa el Estado rescata al banco que me ha ahogado. Es decir, se defiende al asesino en vez de apoyar al que crea valor. De cómic.
  • Además he puesto en evidencia a asociaciones de coaching como ICF España, mostrando que son sólo un montaje para sacar el dinero a la gente (sobre todo cobrando unos cursos de coaching muy caros con la expectativa los alumnos de que luego facturarán a +300€ la hora…). Sigo sin comprender cómo pretender hablar de ética cuando no saben ni escribir. De niños pequeños.
  • Me voy con un conjunto de recursos increíbles, con un CV que han visto miles de personas pero que demuestra que aquí el ser diferente está mal visto. En España ahora se hace cualquier cosa para guardar el puesto de trabajo, desde realizar falsas acusaciones hasta robar al más pobre. La ética elástica que cuesta aceptar está siendo una realidad … España estará en Europa, pero guarda aún demasiados valores de la antigua Inquisición.

Soy un ejemplo para miles de personas, pero también quiero dejar claro que en España toca empezar a dejar de culpar a los demás y denunciar a las personas cercanas (que muchos conocen) que están arruinando el país, como personalmente he intentado en los últimos años. Todo el mundo apunta a los culpables (que si un político, que si un banquero, que si Urdangarín), pero nadie piensa que estas personas han sacado mucho dinero gracias a cientos de personas que los han sobornado. Y los que han pagado seguro que han hablado con otros cientos sobre el tema… ¿por qué se tarda tanto en denunciar los hechos? Sobran cómplices. Cada vez que leo el decálogo para salir la crisis de valores, me siento más convencido de que España está llena de cobardes que no aplican la quinta sugerencia: “No mires a otro lado y denuncia a quien engaña”.

Después de haber intentado todas las vías legales de este país voy directo al último paso: “Si NO consigues que nada cambie, mejor cambia de contexto”. Adiós España. Estoy muy agradecido de todo lo aprendido pero prefiero ver cómo se hunde el barco desde la otra costa. Hola Uruguay.

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