El Síndrome de Estocolmo en Madrid

por | Nov 8, 2013 | Gestion y liderazgo | 2 Comentarios

Madrid capital, mi ciudad natal, se va a la ruina en todos los aspectos que cabría imaginar. El otro día al releer un artículo de El Confidencial (Madrid, a la ruina en manos del PP) me quedaba sorprendido de los datos empíricos que demuestran tal afirmación. Algunos citas del artículo hablando de Madrid:

“Ha logrado ser la capital europea con menor transparencia y menor control en la concesión de obras de construcción multimillonarias; ser la capital europea con siete veces más asesores que la siguiente que más tiene, París; ser la capital europea con más obras de infraestructura abandonadas o absolutamente inútiles para sus habitantes; y ahora para colmo se desploma la llegada de turistas.”

“Un gigantesco tinglado de nepotismo con parientes, amigos y correligionarios, del que la nao capitana es la legión de 'coordinadores', directores y asesores, con sueldos entre 60.000 y 90.000 euros, con despachos de lujo, secretarias, coche con chófer y VISA oro, lo que ha elevado el gasto corriente por encima de todo índice imaginable. A partir de 2011, su gran enchufada con vistas a su futuro político, la Sra. de Aznar, ha mantenido y aumentado el expolio de su predecesor”

“Todas las grandes capitales europeas apenas han incrementado la deuda o la han reducido; los impuestos y tasas son iguales o menores, en ninguna circunstancia se ha producido una subida salvaje del 60% en euros constantes. Impuestos esenciales como el IBI, una carga insoportable para las familias más pobres, estos desalmados lo han multiplicado por tres cuando el valor de la vivienda ha caído casi a la mitad, el 9,9% en los últimos doce meses, y seguirá subiendo el 10% anual hasta 2020. Finalmente, los gastos de personal se han doblado, mientras que en la mayoría de capitales de occidente han bajado”

Luego se habla de los Juegos Olímpicos, o el último incidente del Madrid Arena. Este artículo ofrece datos contrastados y que además están comparados con otras capitales de Europa. Vamos, que no vale eso de que a todos nos va mal. Pero es que con estos datos en la mano… ¿cómo es posible que el partido que gobierna en la capital lleva 22 años obteniendo mayoría absoluta? ¡22 años! ¿Pero es que no hay oposición alguna?

En este caso hablo de Madrid, porque con el permiso de los lectores… ¡la conozco de puta madre!, pero me doy cuenta que pasa en muchos más países o ciudades. Desde hace tiempo que recomiendo emigrar cuando ya el nivel de tontería llega a límites insospechados, ¿pero es que hay que estar todo el día emigrando? ¿Cómo se puede generar este efecto de seguir votando a los que están hundiendo el país?

Parecerá broma, pero cada vez entiendo más el llamado síndrome de Estocolmo, que como nos dice Wikipedia: “es una reacción psicológica en la cual la víctima de un secuestro, o una persona retenida contra su voluntad, desarrolla una relación de complicidad, y de un fuerte vínculo afectivo, con quien la ha secuestrado”. ¿Es que ocurre este síndrome en los votantes? Me temo que sí, que empieza a parecerme un hecho. Cuando alguien elige una opción, en su momento meditada y que intuye que es la mejor, ¿cómo va a decir que se ha equivocado? Parece que el ser humano gusta del sufrimiento antes de aceptar que se ha equivocado. A muchos votantes del PP que conozco, que son conscientes de la tontería que están haciendo los gobernantes, siempre les oigo decir… “pero es que tampoco hay alternativas”, “pero es que los otros lo harían mejor”, “pero que todo irá a mejor, te lo aseguro”. Y así hasta que el daño sea tan grave… ¡que ya no haya otra solución!

¿Tan difícil es aceptar el cambio? ¿Tan difícil es aceptar que todos nos podemos equivocar? ¿Tanto cuesta pedir que nos gobiernen personas que miren por el pueblo más que por su partido político? Pues sí, parece que sí…

2 Comentarios

  1. Estimado compañero. A mí este tema, más que traerme a la mente el síndrome de Estocolmo, me recuerda al efecto de narcotización. No sé si lo conocerás, pero se basa en un experimento hecho por la sociedad de dentistas americanos, a través del cual mostraron tres tipos distintos de fotografías a otros tantos grupos de personas. A primer grupo le enseñaron fotos de encías ligeramente podridas. Al segundo, fotos de encías algo podridas, y al tercero, de encías completamente podridas, sin arreglo alguno. El primer grupo continuó con sus hábitos de higiene dental. El segundo, los mejoró, mientras que el tercero abandonó los hábitos de higiene bucal por completo.

    Y es que creo que nos encontramos cada día ante tal cantidad de casos de podredumbre política y social, que campa a sus anchas con la más absoluta impunidad, que hemos bajado los brazos. Si además echamos un vistazo a la historia de este país, el panorama es aún más desolador y la única “esperanza” que me da la impresión que hay es que los lumbreras que nos dirigen hallen una nueva veta sobre la que generar otra burbuja para, al menos, poder vivir una nueva década aceptable.

    Un saludo

    Responder
    • Laura, he estado meditando estas palabra durante semanas, y me encantaron. Lo cierto es que es la realidad del día a día. ¿Tienes más información del estudio ese? Sería bueno leerlo.

      Un Saludo

      Responder

Muchas gracias por dejar tus reflexiones y comentarios...