Aprendamos a decir la VERDAD

por | Mar 15, 2019 | Comunicación y marketing, Gestion y liderazgo, Mejores reflexiones | 8 Comentarios

Decir la verdad, hablar con la verdad, ¿por qué es importante decir la verdad? ¿Es mejor usar la sinceridad? ¿Cuáles son los mejores ejemplos de verdad como valor? Es bueno empezar a reflexionar sobre la verdad. Hablar con la verdad es una de las cosas que más cuesta en la vida, porque además nos han vendido que decir una mentirijilla piadosa es un mal menor. El problema radica en que nadie tiene el mismo concepto de mentirijilla piadosa, y, por si fuera poco, muchas personas no están sanas de cabeza y se engañan (autoengaño) a sí mismas en demasiadas ocasiones.

Un momento, ¿de verdad piensas que te han enseñado a decir la verdad?, porque es importante decir la verdad. ¿De verdad piensas que le han enseñado a todo el mundo a tener autenticidad? Haz una pausa y medita, porque quiero que pienses con tranquilidad. ¿Cuál es la importancia de la veracidad? ¿Cuáles son las consecuencias de decir la verdad? ¿Qué ejemplos de juicios de valor podemos extraer? ¿Por qué es necesario ser honestos?

¿Pero qué es la verdad? Tener sinceridad, o hablar con la verdad, implica reconocer las debilidades de cada uno. Implica reconocer los errores, saber cómo superar los fracasos, los malos momentos por los que se pasa. Implica reconocer que no se es perfecto y que nos faltaba algo de preparación o experiencia.

Es mejor decir la verdad

Decir la verdad, o hablar con franqueza, tiene la mayor de las recompensas en crecimiento personal y profesional: la confianza en uno mismo que generas en los demás, la infinita honestidad interna. Es fácil decir la verdad. La gente se fía de lo que dices y compartes, por más que muchas veces les cueste aceptarlo. La otra realidad es que muchas personas tienen la mentira como el arma de los débiles y por extensión piensan que el mundo les engaña, piensan que decir siempre la verdad es una locura.

Decir la verdad

Aprender a decir la verdad implicaría aceptar la mala formulación de paradigmas establecidos hace siglos que sólo sirven para incompetentes profesionales. Les voy a poner algunos ejemplos de hablar con la verdad:

  • Hay que saber qué le puedo ofrecer a mi pareja: todo el mundo sabe que la esperanza de vida se alarga y la gente con el tiempo tiende a cambiar. ¡Cuidado con acabar en una relación tóxica! Como deseo es maravilloso, pero es un ejemplo en que probablemente nos estamos autoengañando. Las consecuencias de decir la verdad pueden ser duras, pero mejor decir siempre la verdad.
  • Los políticos se preocupan por el ciudadano: es realidad se preocupan más por sus intereses personales que por el bien de la sociedad. Igual que los políticos, muchos dirigentes de empresas y organizaciones inteligentes. Ejemplos sobran, y seguro que sabrás que en política el valor de decir la verdad ha quedado bastante de lado.
  • Mi favorita, la justicia existe. La vida ya me ha enseñado que la justicia no es igual para todo el mundo, por más que nos cueste aceptarlo. He vivido casos en primera persona, y prefiero decir la verdad, la justicia no existe. Es mejor decir la verdad, no te llames a engaño.

El valor de decir la verdad

Es muy fácil ir a Google y buscar reflexiones de decir la verdad, reflexión sobre la verdad, o cómo decir una verdad dolorosa. Pero decir la verdad te puede costar mucho dinero, multitud de problemas, y que mucha gente te retire de sus vidas. ¿Existen razones para decir la verdad? ¿Preguntas con cómo decir la verdad pueden ayudar? Te voy a compartir el mayor tesoro que me está aportando a mí en los últimos años: estar sano. ¡Decir la verdad te llena de energía sanadora! ¡Es de los mejores consejos para sonreir y ser feliz!

¿Ya sabes la importancia de decir la verdad? ¿Cuál es la importancia de decir la verdad? Espera que no sé si lo has entendido bien. Es tú elección. Olvida eso que te han dicho de que no hay que aprovecharse de los demás. Es tú elección, porque digas tú o no la verdad, seguirá habiendo gente que miente más que hable. Pero cada vez que mires a los ojos a una persona, sabrá muy bien si le dices la verdad… ¡ánimo!

Quizás lo viste en alguna conferencia de motivación personal: si quieres como ejercicio escribe tres situaciones familiares en las que le ha tocado decidir decir la verdad. ¿Con tu familia no dices la verdad? Si es así, me temo que debes recordar que familia solo hay una, y meditar profundamente si puedes realizar algún cambio. Si tienes las situaciones escritas… ¿qué consecuencias tuvo compartir la verdad con tu familia? ¿Te entendieron? ¿Te apoyaron? Medita bien sobre esas situaciones, y ten presente que lo que ocurre en un entorno puede que no ocurra en otras situaciones.

▷ ¿Qué más herramientas me pueden ayudar a ser honesto?

Incluso hay periódicos que se llaman La Verdad, pero para tener alguna reflexión sobre la verdad, no hace falta hacer el mejor curso de coaching, es mejor apoyarse en la infinidad de herramientas y ejercicios que tengo recopiladas en estas páginas. Veremos dónde la verdad nos lleva:

decir la Verdad

8 Comentarios

  1. y que me dicen de decir la verdad? mas nunca aparentar de decir la verdad, o comúnmente conocida como la verdad a medias, o la verdad que me conviene por partes, por eso yo puedo decir mi verdad, LE TENGO PAVOR A SER LIBRE, y que la verdad es verdad y deja de ser verdad al cambiarla una solo letra, palabra o fracción, la vedad es pura y no cambia, siempre en su mayoría de los cazos es casi la misma, por ello muchos como yo no queremos ser parte de ella, y vivimos en nuestra propia «verdad» ficticia y complaciente, pero muy inestable. ESTA ES MI VERDAD.

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    • Karol, mucho juego verbal… pero al final, ¡la verdad debe prevalecer! Muchas gracias si compartes el blog con tus amistades.

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  2. Pedro,

    Es que olvidaste del «r» en la locución adverbial «De vedad», línea 9 de su texto, y me gustará mirar siempre sus textos en perfecta redacción. Gracias.
    Alexandre Reis.

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    • Alexandre, pues es «veda» que me he comido la letrita… ¡mil gracias por comentarlo!, y muy agradecido si compartes el blog 😀

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  3. La única verdad de la que me siento
    dueño es de la mía, por lo que entenderéis que considero la verdad
    como un elemento subjetivo. Como siempre suelo decir: “solo mi
    verdad y nada más que mi verdad”, lo cual tampoco significa en
    modo alguno que sea una verdad absoluta ni mucho menos, como tampoco
    que mi verdad se sitúe por encima de la nadie. Por otro lado,
    también es frecuente la confusión entre mentir, engañar y ocultar;
    no es una simple cuestión de semántica, pues a nivel psicológico
    tiene diferentes consecuencias. Coincido contigo Pedro en los tres
    ejemplos que has dado, los cuales prácticamente se han transformado
    en un estereotipo falaz. Y para finalizar os diré que prefiero decir
    mis verdades mirando los ojos de mi interlocutor, que sonreír a éste
    y guardármelas de forma hipócrita. Un saludo Pedro y por cierto,
    excelente post.!

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    • Daniel, muy acertado… ¡muchas gracias por el comentario!

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  4. » La mentira es la única verdad que hay en la boca del necio «. Dijo alguien…

    Hoy, a través de las palabras de nuestros representantes políticos, económicos y financieros (sean del partido que sean), medios de comunicación, etc …, decir «LA VERDAD», como uno de los principales valores positivos de nuestra sociedad, está quedando a la altura del betún….
    Decir la verdad, hablar con la verdad y … actuar en base a ésta, para estos políticos…, está, en nuestros días, perdiendo importancia frente a valores como la honestidad y la humildad…
    Así, si queremos una sociedad sana y honesta, tenemos, nosotros, ciudadanos y ciudadanas, un trabajo y compromiso social para que con nuestro ejemplo, las generaciones venideras aprehendan a valorar estos valores positivos ante los retos que se les presentarán en su futuro.

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  5. Decir la verdad……… una tarea difícil de aprender, pero con poderes milagrosos… Solo diciendo la verdad podemos saber quiénes son nuestros verdaderos amigos. Se me viene a la mente uno de los cuentos de Jorge Bucay sobre la mentira, en el que afirma, que los mentirosos en realidad se juzgan a sí mismos. En el fondo saben que no deberían mentir y al hacerlo, su subconsciente les manda la señal de autoculpabilidad y por consiguiente, malestar y baja autoestima. ¿Para qué mentir?

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