Hoy se cumplen 10 años del peor atentado terrorista en Europa en la estación de Atocha el Madrid el 11 de marzo de 2004. Recientemente cumplí 10 años del mayor “atropello” que tuve en mi vida, y que me dejó secuelas de por vida, y fue por ello que los atentados de Madrid los seguí especialmente desde mi sofá todas las mañanas. Leía 3 periódicos, comprobaba las noticias y me conectaba a varias webs internacionales para seguir la información.
Es bien sabido que hubo casi 200 muertos y miles de afectados en un suceso que cambiaría la vida de la ciudad. Mi más sincero pesar a todos los afectados. Pero pese a que todo el mundo tiene claro los principales hechos, y que se habían creado unos bulos impresionantes para vincular el atentado con ETA, a nadie se le ha ocurrido que la libertad de prensa no es respetable cuando se utiliza para el engaño y la manipulación negativa de personas que simplemente se informan.
Durante años un partido políticos, los amigos de ese partido político, los ricos de amigos de ese partido político, o quién fuera, vertieron un montón de desinformación que mantenía a ciertos ciudadanos engañados con el cuento de ETA. Cuando digo engañados, digo engañados. A muchas personas fuera cual fuera su formación o clase social. Es más, aún recuerdo como compañeros míos del MBA decían claramente… “¡es obvio que ETA estaba involucrada!”, momento en el que preguntaba, “¿Qué periódico lees?”, sabiendo que la respuesta no eran varios, sino simplemente dos de los que estaban difundiendo las noticias para justificar las malas acciones del Gobierno que había sido expulsado en las elecciones.
¿Cómo es que no existe un organismo internacional y serio que se asegure de controlar la información que ofrecen ciertos periódicos supuestamente serios? Por poner un ejemplo, recordemos la noticia de Obama en el entierro de Mandela, en donde parecía que Obama estaba flirteando con la primera ministrada danesa, e informó casi toda la prensa internacional de algo que era falso (como comentó el HuffingtonPost El fotógrafo del ‘selfie’ de Obama y Hellen Thorning explica la verdadera historia detrás de esta foto”)
¿Por qué este tipo de malas informaciones quedan impunes? El derecho a la información debe ser respetado, sí. Pero desinformar para malos usos –sin que se haga una fe de erratas o indicación del error- debería ser un delito penado y castigado. Porque de otra forma nos seguiremos creyendo que un país tiene armas de destrucción masiva porque lo dice el listo de turno, y además nos lo informa el rotativo de primera. Porque mientras no haya responsabilidades penales de la des-información… ¡no habrá forma de crearse un criterio serio y digno!
¿ETA haciendo un atentado que afectara a casi 200 personas del pueblo sin avisar antes de las bombas? (cuando sus objetivos eran siempre la Guardia Civil, políticos o cuerpos relacionados)… ¡qué fácil es engañar! Pero el daño, en todos los sentidos, quedó ahí para la historia.
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