- He pasado por muchas relaciones complicadas, los hombres sois muy perversos y parece que sólo buscáis lo que buscáis- decía ella con tono quejica.
- Bueno, te entiendo, pero yo vengo de una buena y prefiero no apresurarme en nada- le replicó él sin pensarlo dos veces.
- Claro, claro, claro, siempre es igual. Al final nada de compromiso. Que no sé si eres la mujer de mi vida, que no lo tengo claro, que vamos a ver como se da la cosa…
- Si mujer, algo así, tampoco te tienes que preocupar.
- Ya, ya, pero aquí quieres que todo parezca normal, y vamos, que el sexo que no falte.
- Tampoco he dicho eso, pero vamos, si lo quieres reducir todo a esa tontería, ¡pues vamos adelante!
- Que te he dicho que no quiero nada de “touch&go” (aquí te pillo aquí te mato), que para eso ya tienes miles y miles de mujeres a tus pies.
- No sé dónde ves tantas mujeres, pero personalmente tampoco he dicho lo que busco. Sólo he dicho que ahora no estoy para complicaciones.
- Ya veo… huyendo del compromiso, y mira que me parecías un chico especial.
- Sí mujer, tú también me pareces muy especial y realmente me encantaría empezar algo contigo si no tuviera el cacao que tengo en mil aspectos de mi vida.
- Al final siempre os salís con la vuestra, dejando todo en el aire. ¡Qué envidia!
- A los hechos me remito, todo poco a poco, avanzando y sumando. Creo que por ahora no me he ido a ningún sitio.
- Te quiero, y necesito ser correspondida porque de otra forma no dejaré que entres en mi vida privada- replicó ella con temple.
- ¿Sólo es un te quiero lo que necesitas? ¿No te das cuenta de que ahora no estoy en mi mejor momento para comprometerme?
- ¿De qué huyes? ¿Vas a estar todo el día huyendo? ¿Quién te va a aguantar cuando seas mayor?
- ¡Qué stress!, no creo estar diciendo que huyo de nada, sólo que tengo que arreglar un poco algunos temas de mi vida. ¿Prefieres que sea un cabrón y te diga que te quiero mucho para pasarla bien contigo pero que luego me largue a la mínima de cambio como hacen los hombres mentirosos?´
- Yo quiero una persona comprometida, porque ya me aburrí de los mienten sin parar y sólo buscan lo que buscan.
- Pues eso, que yo ni ando mintiendo ni ando buscando nada que tú no quieras- argumentó el con claridad.
Poco entendimiento
- ¿Entonces qué vas a hacer?
- No sé mujer, ya te he dicho que no pretendía poner ninguna etiqueta ahora a nada.
- Ya veo que no me quieres, siempre lo mismo.
- Qué sí, que sí que te quiero, que lo sabes… no me hagas parecer un estúpido.
- ¿Entonces me quieres?
- Estás muy quejica hoy. Sabes que sí que te quiero, pero que ahora no quiero poner etiquetas a la relación.
- ¿De verdad que me quieres? - preguntaba ella con cara de angelito.
- Que sí mujer, eso es más que obvio.
- Bueno, no te quiero perder nunca, y lo sabes.
- ¿Qué quieres decir con eso?
- Que quiero que siempre seas mi amigo.
- ¿Amigo? ¿Pero no me has dicho que querías un compromiso?
- Me parece que no me quieres y para eso prefiero que seamos amigos.
- ¿Pero qué me estás contando ahora? ¡Pero si te acabo de decir que te quiero!- respondía él un poco despistado con el giro de la conversación.
- Claro, porque no tenías salida alguna. Pero ya veo por donde andas, cómo todos los hombres.
- ¿Qué? No entiendo lo que quieres decir.
- Como amigo no te quiero perder.
- ¿Qué? ¿Pero no has dicho que me querías? ¿En qué quedamos?
- Como amigos, porque yo necesito alguien que me lo demuestre.
- Mira, no entiendo nada, las mujeres me volvéis loco. Mejor me voy a ver el Mundial. Hasta luego.
Un diálogo divertido para ver la incongruencia que viven muchas veces las personas...
0 comentarios