La sociedad capitalista ha permitido que mucha gente ganara dinero y gastara sin sentido alguno. Bien porque consumían a crédito, bien porque estaban siendo patrocinados por terceros que los usaban por intereses. Pero parece que ese despilfarro tiene sus días contados. Los ejemplos que se han visto de la banca en Wall Street, los políticos de España, o el generoso bufé que se daban en el Vaticano esperemos que sean ejemplos recordados para la historia.
Y ya, se acabó. Porque al final la meta en la vida no puede ser darse una comilona con los amigos a coste del consumidor, irse de prostitutas a pago del proveedor, o celebrar tu boda subvencionado por ladrones reconocidos. Eso es una vergüenza. No estoy en contra de una buena fiesta, pero siempre que provenga de beneficios generados con el mérito y el esfuerzo.
El Presidente de Uruguay, Mujica que acaba de cumplir 79 años el 20 de mayo, lo dice bien claro: “Tengo pocas cosas, es cierto, las mínimas, pero solo para poder ser rico”. Porque rico no es el que ostenta en una fiesta, y menos cuando proviene de dinero de estafas. Rico es el que puede dormir en paz y dejar un legado que sea respetado por la humanidad.
Afortunadamente Mujica no es el único que viene impulsando este mensaje de austeridad, y el nuevo Papa viene también a reforzar el mensaje de humildad, ¡que es todo un ejemplo! Como me encontré hace unos instantes “Una lujosa comida en el Vaticano enfada al Papa”, ¡y es que vaya mensaje que se transmite cuando se dice que se apoya al pobre y se dan fiestas para ricos! ¡Vaya doble moral!
Creo que llegó el momento de dejar a un lado las políticas del 0,7%, del RSC, o de cualquier impulso que luego no sabes si es real o una mera fachada de marketing. Creo que llegó el momento de aplicar los principios que están transmitiendo personas como Mujica o el Papá Francisco para ganar la riqueza por dentro. Y así recordar aquello de que “Yo no soy pobre, pobres son los que creen que yo soy pobre” (Mujica).
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Llegó el momento de aplicar los principios que están transmitiendo personas como Mujica o el Papá Francisco para ganar la riqueza por dentro...
No por tener más dinero se es más feliz. La felicidad la tenemos en nuestro interior. Sólo hay que conectar con ella y dar gracias no por lo que tenemos sino por lo que somos. Sólo el hecho de estar vivos ya es más que suficiente para dar gracias. Namaste.
Me ha encantado tu artículo, ví el programa, creo que ya está bien de tanta fantasmada y mala interpretación de lo que realmente significa la sencillez y la bondad, estamos ante un mundo ficticio lleno de mentiras en las palabras que van en contra de la forma de actuar. Me gustaría ver personas que busquen una quimera unida y leal. Muchas veces nos sentimos solos por falta de inteligencia emocional; yo sigo soñando con una relidad social compartida, para ello es imprescindible mucha humildad. Se necesita responsabilidad, compromiso e ilusión por trabajar para disfrutar de los frutos que da el trabajo.