Les seré franco, y como aquí puedo expresar mi propia opinión, les voy a ser muy franco: no tengo ni idea de para qué sirvo en España. He estudiado montones de cosas (Ingeniero Informático, EMBA por ESADE, co-active and leader CTI, PNL, OSRC, ACC, Master AECOP, …); he realizado un montón de funciones (programador, consultor, gerente, comercial, administrador, …); tengo un montón de contactos (LinkedIn +7.7k contactos Facebook +5.7 seguidores Twitter @PetteLov +1.7 seguidores, …); he viajado a un montón de países y conozco mucha culturas (más de 30 países); he creado varias empresas (la principal Autocoaching) en donde he podido contratar y despedir, y en donde llegué a facturar casi un millón de euros en una; he trabajado para muchas empresas en variados trabajos (consultor, formador, coach, tutor …para Nivea, Indra, Abengoa, Fagor, PwC, Esade, Adif, Oracle, Baan, Infor, Ulma, Efacec, DailyFlats, Software AG, Otis, ITP, ABB, …); he trabajado en muchos proyectos (ERP, CRM, SRM, PLM, CPM, …) en varios países; he dado conferencias para congresos y eventos de empresas (o formación) en más de diez países y en castellano, inglés o portugués; pero sobre todo, y para ser franco, siempre he intentado esforzarme, aprender cosas nuevas, y trabajar para conseguir sacar las cosas más complicadas.

¿Sirve para algo? No, porque aquí en España triunfa el mentiroso, el que echa la culpa a los demás, el que se pone las medallas de cosas que no ha hecho, el que sale en Gran Hermano o la que se medio besa con un futbolista de moda. Por favor, seamos serios, este país no sólo está lleno de políticos que nos están engañando (da igual el color de la bandera), además está lleno de cómplices que no quieren verlo.

Para colmo, el comentario que recibo habitualmente es que estoy lleno de ira, y que debería primero sanar mi interior. Puede ser, pero el día que el Tribunal Supremo permite que le llamen toxicómano sin prueba alguna, que le digan algunos tramposos como Luis Carchak que usted no tiene ética, que le estafen las editoriales y no le recompensen su trabajo (estos está por contar aún), o que los listos de la carnicería de Bankia le quiera embargar su casa porque no considera suficiente haberse cobrado 55.000€ en dos años, entonces, y sólo entonces, si no comparte mi idea, le permito que me hable de la ira. Mientras, no sea cómplice y abra los ojos.

Nunca nadie habló mal de Robin Hood, y me temo que hay que empezar a tomar nuevas medidas con los ricos ladrones.